El mundo está cambiando y por ello también las prácticas funerarias. La innovación funeraria no solo trae oportunidades de poder ahorrar dinero, sino también de diseñar materiales ecológicos y sostenibles que reducen los residuos de funerales tradicionales. Nuestro último acto puede ser muy significativo, puede sanar la tierra, sanar el alma y conectarnos a algo mucho más grande que un ataúd o una póliza de decesos. Es la experiencia en vida, es la vivencia consciente de nuestra última celebración.
La idea de crear un funeral ecológico de mínimo impacto ambiental, nace de la creciente sensibilidad por disponer de soluciones que reduzcan los efectos negativos de nuestro estilo de vida en el ecosistema. En materia funeraria, esta sensibilidad puede traducirse en utilizar materiales que no destruyan los bosques –por tala incontrolada de madera para fabricar ataúdes-, en plantar árboles integrando las cenizas de nuestros seres queridos junto a urnas biodegradables, en imprimir recordatorios en papel reciclado, en optar por hornos crematorios equipados con sistemas de filtración que reduzcan las emisiones contaminantes a la atmósfera…
Un ecofuneral puede parecer una marca, pero su razón de ser no reside en el nombre, sino en la veracidad y en la posibilidad de dar un nuevo sentido a la propia muerte desde la sensibilidad ecológica.