Uno de los principales males que atenazan a los bosques españoles es la desertificación, un fenómeno caracterizado por la degradación del terreno hasta convertirse en una zona árida, principalmente como consecuencia de factores climáticos o de la actividad humana. Según un informe publicado en 2020 por la Agencia Española de Meteorología, en los últimos 60 años una superficie de unos 30.000 kilómetros cuadrados, el equivalente a la superficie de Cataluña ha pasado de ser catalogada como un área subhúmeda seca a semiárida, “una consecuencia directa del calentamiento global que cada día se irá generalizando en nuestros bosques”

Terrenos más áridos y degradados

Pero la desertificación no es el único problema. «Existe otro factor, específicamente español, que tiene que ver directamente con el uso que se ha hecho del territorio, se trata de la degradación irreversible del suelo,un fenómeno que afecta, según un estudio publicado por el CSIC hace unos años a entre un 20 y un 34% del territorio español. En estas zonas es materialmente imposible una regeneración forestal espontánea, y una regeneración asistida por el hombre es demasiado costosa. En otras palabras, son terrenos echados a perder donde la recuperación forestal es matemáticamente imposible.

Las amenazas de los bosques: cambio climático, plagas e incendios forestales

Si hablamos de reforestación en España, hay margen de crecimiento, pues no debemos olvidar que el terreno admite muchos más bosques de los que hay en la actualidad. En este sentido, apuntan que la superficie forestal ha crecido cerca de un 50% desde la década de 1970. Sin embargo, existen grandes factores que ralentizan o directamente amenazan la recuperación forestal: el cambio climático, las plagas y los incendios forestales, tres fenómenos que se retroalimentan entre sí. “Como consecuencia del cambio climático, los bosques son más vulnerables a las plagas, lo que provoca que a su vez haya cada vez más materia seca, algo que incrementa el riesgo de incendios forestales, que emiten más CO2 a la atmósfera”, donde la pérdida de biodiversidad es un caldo de cultivo perfecto para las plagas.

El futuro de los bosques en España

Con estas perspectivas,¿qué futuro le espera a los bosques españoles?

Dependerá en gran medida de hasta qué punto seamos capaces de atajar las principales amenazas provocadas por el cambio climático. El porcentaje de superficie arbolada de España es uno de los más elevados de la Unión Europea, pero la falta de biodiversidad y de salud son una amenaza perenne. “Allá donde las circunstancias lo permiten, se produce una recuperación del bosque, incluso en aquellas zonas más afectadas por la desertificación, sin embargo, el cambio climático podría frenar considerablemente esa recuperación, especialmente en aquellas zonas repobladas más recientemente, en las que es posible que los plantones no soporten la pérdida de agua y la degradación del suelo.

Cuando hablamos de recuperación del bosque, igual que sucede en muchos otros aspectos de la vida, no solo es importante la cantidad, sino también la calidad.

 

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